FELICIDADES P. JAVIER LINO SVD Y P. JUAN BE SVD
Rodeados de amigos, familiares y feligreses, el día de hoy 15 de octubre, dos hermanos nuestros entregados a la misión han celebrado 25 años de sacerdocio.
La celebración tuvo lugar en la Parroquia San Juan Bautista, Chapultepec, Oaxaca, o popularmente conocida como “San Juanito”. Desde temprano, agentes de pastoral, coros, catequistas, sacerdotes verbitas y amigos se dieron cita para los preparativos de la acción de gracias por estos 25 años de camino misionero y sacerdotal.
En punto de las 12 horas del día inició la celebración eucarística cargada de hermosos símbolos y detalles misioneros, los cuales fueron ofrendados por los laicos presentes. El encargado de presidir la eucaristía fue el P. Juan Be SVD.
En su homilía el P. Javier Lino SVD rescató a manera de ejemplo su alegría de celebrar estos 25 años, acompañado de padre Juan Be pero cada uno en su particular vocación y llamado. Rescató también el ejemplo de la vocación misionera como una pequeña semilla, germinada y hecha crecer por Dios con cariño y puesta en diferentes tierras para dar frutos abundantes. En este caso P. Javier recordó con cariño su tierra de misión en Angola y mencionó también la entrega de la vocación del P. Juan Be SVD en México.
Conmovido a las lágrimas el P. Javier agradeció a cada persona que ha salido al encuentro de la misión con entrega y que nos ha enseñado a permanecer, con fuerza, valor y esperanza. Así mismo recalcó el deseo y la ilusión de que el Señor les conceda a ambos más años de servicio a la Iglesia y al pueblo de Dios encomendado al cuidado de los Misioneros del Verbo Divino.
Dentro del marco de la celebración los hermanos verbitas de indonesia presentaron un baile típico de su nación para honrar y festejar estos 25 años.
Cabe rescatar que al final de la celebración fueron presentados bailes típicos de México e Indonesia acompañados por un exquisito platillo típico de Oaxaca llamado “mole almendrado”.
Posteriormente con la partida de pastel se abrió el baile y el clímax de la convivencia.
Agradecemos al Dios Uno y Trino el poder compartir estos sanos y bendecidos momentos y que nos dan la oportunidad de descansar el corazón y de seguir comprometidos en el trabajo día a día para la construcción del reino de Dios.