ORACIÓN POR LA IGLESIA NICARAGUENSE S.O.S
Hace ya unos días, en algunos medios de comunicación social se ha dado a conocer la desagradable noticia de la opresión que el gobierno nicaragüense, encabezado por Daniel Ortega ha hecho en contra de la Iglesia católica y de sus pastores.
La relación de la Iglesia y el Estado ha llegado ya a una crisis profunda y que tiene su origen hace ya casi 5 años.
Desde hace algunas semanas el obispo de Matagalpa, Rolando Alvarez y cinco sacerdotes más estuvieron cercados por la policía en el Palacio Episcopal en una especie de arresto domiciliario, o prácticamente un secuestro.
El día de hoy, los diarios locales y algunos medios han denunciado la desaparición y secuestro explícito del Obispo con sus sacerdotes. Aún no se sabe su paradero.
Como contexto previo, el gobierno de Daniel ortega ha asechado constantemente a la Iglesia decretando el cierre de míltiples radioemisoras católicas. También ha prohibido toda clase de manifestación religiosa, entre ellas la procesión de la Virgen de Fátima tan tradicional en ese país. Seguido de esto, sorprendió mucho la expulsión del territorio nicaragüense de las religiosas Misioneras de la Caridad fundadas por la Madre Teresa de Calcuta.
Todas estas tensiones se vienen fraguando desde el 2018 y no son nuevas, por causa de la dimensión profética de la Iglesia que habló y fijo postura frente a una manifestación popular que cuestionaba el recorte de jubilaciones.
En el 2019 el obispo, Silvio José Baéz fue expulsado y exiliado a Florida, siendo él una voz fuerte y crítica contre el régimen de Ortega y su esposa Rosario Murillo que gobiernan desde hace ya 15 años en una especie de formal dictadura.
El contexto de los ataques a la Iglesia es la crisis de gobernabilidad y la pérdida de legitimidad del gobierno de Ortega recurriendo a la Iglesia para ejercer su lucha de poder y autoritarismo. Ortega toma medidas represivas no solo contra la Iglesia sino contra los medios de comunicación, sindicatos, empresario y organizaciones de la sociedad civil.
Se acusa a la Iglesia de ser un actor desestabilizador que promueve el odio y la disconformidad contra el gobierno, de ser un agente poderoso que desequilibra socialmente y que alienta a un levantamiento social con un eventual golpe de estado.
Como resultado de esto tenemos a un clero considerado enemigo de todos. Paradójicamente Ortega hace algunos años en el 2004, pidió perdón a la iglesia católica por haber perseguido y expulsado a sacerdotes y obispos durante su primera gestión que llevó a cabo de 1979 a 1990; sin embargo, la relación habría comenzado a deteriorarse en 2014 y teniendo como resultado lo que hoy vemos.
Como Misioneros del Verbo Divino expresamos nuestro rechazo e indignación a la violencia ejercida y nos unimos en oración a la Iglesia Universal para una pronta libertad y solución a los conflictos que sufre ahora el pueblo creyente nicaragüense.
Ofrecemos con confianza nuestras oraciones al Dios de la vida y nos solidarizamos dado que como congregación hemos servido en Nicaragua y atendido a Cristo vivo en el pueblo de nicaragua. Pedimos también a ustedes ofrezcan sus oraciones y que no sucumbamos al silencio que se ha hecho cómplice del sufrimiento de nuestros hermanos.