JUNIO MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús esta íntimamente ligada a nuestro fundador San Arnoldo Janssen quien fue influenciado de manera profunda por esta devoción y que se materializó mas tarde en muchas de las obras, cartas y documentos que acompañarían su vida.
La devoción al Sagrado Corazón está muy arraigada en la vida de la iglesia y unida a la contemplación de la pasión de Nuestro Señor Jesucristo. La devoción tuvo un inico difícil ya que no había sido muy tomada en cuenta sino hasta el siglo XVII a través de las visiones de Santa Margarita María Alacoque.
A partir de ello la devoción al Sagrado Corazón se “popularizó” y marcó de manera única la espiritualidad vivida en europa.
Esta sencilla devoción pretende ayudar a los fieles y a todos los creyentes a acercarse al corazón de Jesús, al corazón de su señor que les espera con misericordia para derramar sus abundantes gracias sobre ellos.
Esta devoción nos recuerda que es:
El corazón de nuestro corazón y al Corazón de Jesús como núcleo más íntimo de la persona donde se encuentra con su Señor
La lógica del Corazón de Jesús es enraizarnos en su amor, dejándonos incendiar por el fuego de su misericordia divina que convierte a los pecadores más empedernidos.

San Arnoldo Janssen no fue indiferente a tan bella devoción , y empapado en su contexto se impregnó de esta espiritualidad afectiva y transformadora.
Al inicio estuvo muy influenciado por su familia por el misticismo y la espiritualidad cristocéntrica. Su padre de igual manera hablaba mucho de la encarnación del Verbo y rezaba con cariño el prologo de San Juan todos los días.
Más tarde, como sacerdote sus oraciones y homilías ocupaban una especial devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Al principio solo celebraba la misa en su honor cada viernes para glorificar su sacerdocio, sin embargo para Arnoldo el corazón de Jesús se convirtió en la persona-humana-divina con un amor incomprensible por la humanidad.
San Arnoldo se convirtió en una morada del Corazón de Jesús en la cual deseaba que las virtudes propias del Corazón de Jesús fuesen vividas por todos, así como los sufrimientos y aflicciones del Señor.
En 1886 comenzó a dedicar especial atención al nuevo apostolado de la oración en su diócesis, de la cual surgió su famosa frase: ¡Viva el Corazón de Jesús en los corazones de todos los hombres!
Con el tiempo ante toda la vivencia profunda de ésta espiritualidad San Arnoldo pasa a explicar la relación entre el Corazón de Jesús y el Espíritu Santo:
“Durante su vida terrenal, el Corazón de Jesús era ya el horno ardiente lleno del amor y la gracia del Espíritu Santo”

El énfasis que puso en la oración apostólica y en la devoción al Sagrado Corazón lo llevo a ser nombrado director diocesano del Apostolado de la Oración y fue gracias a este apostolado que San Arnoldo se abrió a cristianos de otras confesiones.
Para promover a las misiones San Arnoldo funda en 1874, una pequeña revista misionera que llevó por nombre “El pequeño mensajero del Sagrado Corazón”. Es por eso que no debemos descartar que el Sagrado Corazón fue una fuerte influencia tanto en pensamientos como en oración para los planes de fundar una casa misionera.
El 16 de junio de 1875 compró pues el primer lote de tierra en Steyl y se consagró junto a sus compañeros al Sagrado Corazón. Tal fue la reprecusión del hecho para los primeros miembros que el segundo superior General, el P. Nicolas Blum SVD dijo:
“El 16 de junio de 1875 es propiamente el día en que nace la CONGREGACIÓN DEL VERBO DIVINO”
Al final de su vida San Arnoldo escribió:
“Trataré de acercarme los más posible a los sentimientos de Jesús, a su vida interior, a sus enseñanzas, logros, dolores y muerte. En la Eucaristía ofreceré junto con Cristo al Padre y al Espíritu Santo todos mis sufrimientos y dificultades, todo lo que Dios me envíe”
San Arnoldo nos dejó un legado muy profundo capaz de transformar nuestras vida en nuestros apostolados misioneros.
Que este día recemos con San Arnoldo: “VIVA EL CORAZÓN DE JESÚS EN LOS CORAZONES DE TODOS LOS HOMBRES. AMÉN”
