¡NO SON PIEDRAS! Es Nuestra Casa Y Corazón
CAYO MAMBÍ
“…Sobre esta piedra voy a construir mi Iglesia y el poder del infierno no la derrotará”. Mateo 16,18.
Esta no es una historia cualquiera. Es una historia que costó sangre, sudor y lágrimas en forma de persecución, falta de material de construcción, tardanza de trámites constructivos… Eso y más han tenido que soportar la entusiasta comunidad católica de Cayo Mambí en Cuba. Pero hoy, por gracia de Dios y el esfuerzo y solidaridad de sus vecinos, la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús se yergue en medio de este pueblo como testimonio de firmeza en la fe.
Los sacerdotes misioneros del Verbo Divino llegaron a Cayo Mambí –ubicada a 885 km. de La Habana–, provincia de Holguín, a principios de la década de los noventa, en medio de una espantosa hambruna y carestía llamada “Periodo Especial”, que provocó el éxodo masivo de cubanos conocido como los “balseros”. En esos años, en Cayo Mambí existió una sencilla capillita de tablas de madera, que con el paso del tiempo fue dañada y destruida. Aún sin iglesia física, se continuó celebrando la misa al aire libre, y no menguó la asistencia de files aún con la fuerte persecución religiosa de esos tiempos.
De esta manera, con el apoyo de los misioneros verbitas, la diócesis de Holguín, pastoreada por Mons. Emilio Aranguren, y bienhechores de Eslovaquia, Alemania, México y otros países, pero sobre todo, por la destacada entusiasta participación de la comunidad católica de Cayo Mambí liderada el padre verbita, Lukáš Mizerák de Eslovaquia, poco a poco, gota a gota de sudor, esfuerzo tras esfuerzo, sacrificio tras sacrifico, pena tras pena, se ha levantado esta casa de Dios, casa abierta a todos, como lo es el Corazón de Jesús: “¡Viva el Corazón de Jesús en todos nuestros corazones!” así reza el lema de San Arnoldo Janssen.
La comunidad de Cayo Mambí se caracteriza por ser sumamente activa en la evangelización: catequesis, misión, grupos de jóvenes, liturgia, coro, niños, ayuda a marginados… una comunidad muy celebrativa y festiva, muy característico del fiel cubano. Ellos han hecho posible cada ladrillo, bulto de cemento, piedra, colado… Esta obra no fue nada fácil como refiere un feligrés: “esa construcción nos valió tantas persecuciones… dio lugar a que me hicieran la vida insoportable a mí y a mi familia, pero como dice el Evangelio, los poderes del infierno no la vencerán y hoy nuestra iglesia es una realidad…” Muestra de la fe y convicción de sus vecinos en su fe en Jesús y en la Virgen de la Caridad, Patrona de la isla cubana.
Como puedes darte cuenta hoy día existen lugares de misión que resulta aún difícil expresar y celebrar de forma pública la fe en Cristo Jesús. Y es en estos lugares donde se hace más urgente el envío de misioneros que quieran arriesgarlo todo por amor a Él. Tal vez, algún día te toque construir junto con la comunidad una iglesia digna para Dios, donde la todos puedan celebrar y apreciar el Misterio Eucarístico, y juntos formar ¡Un solo corazón en el corazón de Jesús!
Distrito Cuba
(Edson Real, SVD)